MANDRAGORA. Ficha Alucinógenos II


 

Mandragora autumnalis /oficinales

“El hombre se acercó a la planta, con cuidado amarro una soga al tronco, desde donde emergía del suelo, luego ató el otro extremo al perro que había traído para usarlo como cosechador. Se alejó varios metros, tapó sus oídos con unos trozos de tela y cera de abeja, como los argonautas al pasar por las sirenas, quedando sordo totalmente. Llamó al perro y esperó un rato, sin que el animal llegara ante él. Entonces decidió irlo a buscar, lo encontró muerto con una gran cantidad de espuma en el hocico y la mirada de terror perdida mirando al bosque tenía la mandrágora arrancada a su lado, la raíz era una hermosa mujer, con rostro petrificado en un grito. Tomo el vegetal y corrió a su casa para preparar la raíz y venderla en el mercado del pueblo. Dejo al animal allí sin siquiera perturbarse en mirarlo nuevamente.” MOLPO
 

La Mandrágora está sumida en los cuentos de encantamientos, brujería y posesiones, se dice que la planta emitirá un grito tan desgarrador al ser arrancada que volverá loco y conducirá hacia la muerte  a quien la escuche. También que sus raíces adoptan las formas del genio o espíritu que la habita y que en un descuido podría llevar al suicidio a quien ingiere la pócima con esta raíz.

La Mandrágora pertenece a la familia de las solanáceas, con raíz en forma de nabo tallo corto y pocas hojas. Los brebajes en las que formaba parte usaban la raíz picada, en pequeñas cantidades, pues puede ocasionar la muerte por intoxicación.

Y es esa capacidad de llevar a la personas a una experiencia cercana a la muerte la que buscaban los grupos de brujos que la usaban en la antigüedad. Un brebaje de mandrágora puede ocasionar alucinaciones muy vividas, algo de excitación motora y sexual, pero a esto sigue un estado de casi muerte, parecido al coma, que suele acabar en sueño profundo para despertar con mensajes a veces proféticos otras, la mayoría, sin sentido aparente.

La Mandrágora posee en su raíz escopolamina, hiosciamina entre otros alcaloides tropánicos, en concentraciones peligrosas por lo que su uso, incluso en estricto experimento cerrado, se desaconseja. En caso de sobredosis se aconseja lavado estomacal e ingerir carbón animal en forma acuosa para que el carbón absorba los alcaloides de la planta.

La Mandrágora ha estado asociada también a raptos y desapariciones sin explicaciones de personas en los bosques en los cuales crece, por lo que en la antigüedad esta planta estaba muy ligada en las creencias al diablo y sus formas. Se decía que le mismo Belcebú cuidaba de la planta y miraba a través de ella.

Incluso el miedo por la planta llegó a tal extremo que cuando alguien veía la planta debía quemarla o destruirla de lo contrario inexorablemente algún familiar o él mismo estaría condenado a perderse y vagar para siempre en el bosque como un alma en pena.

Aun así muchos corrían el peligro de enfrentar los poderes maléficos de esta planta ya que se sabía el gran valor que el “nabo” o la raíz tenía en el mercado, el único obstáculo para obtener una gran ganancia con la Mandrágora era el poder y el grito de la planta que enloquecía a quien lo escuchara. Así es que entonces se usaron perros amarrados a la planta que eran golpeados o azuzados para logar arrancarla sin el peligro de oír su grito y así llevar la raíz al mercado.

El valor de la raíz hacía que sacrificarán el perro sin ninguna contemplación, si éste oía el grito de la planta seguro moría, pero realmente el pobre animal moría, la mayoría de las veces, al olfatear y lamer la raíz recién arrancada.

No obstante el efecto al tocar la raíz, cuyos componentes pueden penetrar la dermis al manipularla para trozarla, les otorgaba a estos atrevidos negociantes, noches de terror donde el miedo los visitaba en forma de intoxicación y alucinaciones, intoxicados sin saberlo creían que algún demonio los había visto llevarse la planta y ahora los visitaba. Los días siguientes se hacían ofrendas a la naturaleza, se regaba agua bendita u otro ritual para “alejar el maleficio” que la planta traía consigo y dado que ya los químicos se habían metabolizado y expulsado del cuerpo, el afectado por la raíz mejoraba muy prontamente.

La Mandrágora es familia de la belladona, beleño negro, toloache y de la hierba mora, todas con actividad alucinógena, siendo la hierba mora la que ocasiona menos efectos por poseer poca concentración de activos alucinógenos. Cabe mencionar que las solanáceas son una gran familia que incluyen no sólo las mencionadas hierbas sino también plantas alimenticias como la papa, berenjena o las de jardín como petunia.

Pero la mandrágora no sólo se le atribuía relación con la brujería sino que además se le relacionaba con la fertilidad y las diosas que la concebían, especialmente Afrodita pues esta relación viene directamente de Grecia. Por lo que era también una planta para filtros amorosos y sexuales. La Mandrágora es una de las plantas más interesantes en cuanto al estudio de los alucinógenos y alcaloides, además de presentar una relación directa con nuestras la historia de las creencias en Occidente.

 La historia cuenta que las brujas usaban las solanáceas para producir un ungüento junto a otras plantas alucinógenas, para asistir a los aquelarres y fiestas paganas asociadas por el cristianismo al diablo. En la próxima entrega: El Beleño Negro (Hyoscyamus niger)

 

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ALCALOIDES TROPÁNICOS

“Alcaloides tropánicos: Son alcaloides presentes en familias como las Solanaceae (géneros: Atropa, Datura, Hyoscyamus, Mandragora), Proteaceae, Eritroxilaceae entre otras y se caracterizan por poseer una estructura bicíclica hidroxilada, que se origina por la condensación de un anillo pirrolidínico y otro piperidínico, compartiendo dos átomos de carbono. El anillo piperidínico presenta una conformación en forma de silla y una disposición espacial del grupo alcohólico situado sobre el C 3 que determina la existencia de dos tipos de estructuras tropánicas: 3-α-hidroxitropano (hiosciamina, escopolamina, atropina) y 3-β-hidroxitropano (cocaína, tropococaína)... Los alcaloides derivados del 3-α-tropanol son especialmente abundantes en la familia Solanaceae: belladona, estramonio, beleño; los derivados del 3-β-tropanol se encuentran las hojas de coca (Erythroxylum coca)”.

Fuente: RINGUELET Jorge y VIÑA Sonia Productos Natutales.
 

Ben

Medico Homeópata Naturópata, MTC, Honoris Causa OMSP-UNESCO. Escritor y Guionista.

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